lunes, 12 de diciembre de 2011

VOLVERSE PÁJARO



[Foto: Robert & Shana ParkeHarrison]


La noche se columpia
en el trapecio de mi jaula
y desde allí
grita que estoy loco.


Loco a causa de esta piel
que no entiendo
y que me conjura enfermo
al pie de mis estatuas.


Allí mis dioses
se corrompen
y obtengo nuevas orfandades,
                      nuevos féretros,
                      la misma noche.


Son los garabatos de antaño
los que se arrastran
por mis venas
cual bestia terrible
que ha perdido los ojos,
y que siente miedo.


Miedo de sí misma.


Miedo del océano insoldable
que supone su sombra.


Esas son las moscas del espanto
apareándose entre los latidos,
sobre la osamenta de los sueños,
en los huesos expuestos de la risa.


El deliro no es otra cosa
sino el vástago
del niño que llora silencios
porque en la penumbra
habitan los monstruos
que conocen su nombre.


             El sol ha muerto.


Y el mausoleo
donde reposa
devino en isla,
pero se han hundido
todas las balsas.


           Ha de morir entonces
           la epifanía del cuerpo,
           el orgasmo de los bordes,
           y, finalmente,
           he de volverme pájaro.



martes, 6 de diciembre de 2011

SICARIOS

[Foto: Autor Desconocido]


Me quedan los harapos
del color
para cubrirme el óxido
acumulado
en cada morada.


Me queda,
la piedad de la penumbra
para olvidar
el rostro del sol
con el que me calcino.


           Y aún así,
           no sé si acontecerá
           la sonrisa.


Me encuentro cautivo
en el nido de la incertidumbre
y soy el alimento
de lo nefasto,
esas sombras chinescas
de guerra y destrozos.


Pretendo habitar una alegría
que sobrepase
la reminiscencia de la jaula,
la sequia de los labios,
el insulto de la espalda.


          Una alegría
          que extermine el fango
          y se consolide perpetua.


Pero, por desgracia,
la tristeza
siempre ha sido una experta
en el oficio
de invocar sicarios.



Elegido para 
formar parte de la antología poética 
"Detrás de la palabra"
de la selección de cuentos y poesía
de la Editorial Dunken 2012
compilado po César Melis



miércoles, 30 de noviembre de 2011

DONDE LOS GRILLOS PROSPERAN


[Foto: Oleg Oprisco]


He perdido
la costumbre del nombre
cazando entre mis túmulos
la sal que sobra,
monstruo de mi tristeza,
para enjaularla en los pliegues
de otra metáfora.

       Aprendí a la fuerza
       que los fantasmas
       no se purgan con arena.


Me alejé de los muertos
y sus mariposas
ansiando el cese del bullicio,
la petrificación del mundo.


Pero me hallaron,
y dejaron sólo mis huesos
de sol herido de noche,
en la cueva de los cuchillos.


         La jaula siempre es pequeña,
         y los cadáveres siempre infinitos.


Es tarde para las regresiones,
para el retorno de esa inocencia
donde los niños sonreían pájaros.


Quiero migrar a ese lugar
lejos de todos,
lejos de mí,
tan al borde de la nada.


     Ir a ese rincón donde incluso
     los grillos prosperan.



domingo, 13 de noviembre de 2011

CUENTAN QUE LLUEVE


[Foto: Autor Desconocido]


Cuentan que llueve
en la frontera de la infancia,
donde el vértigo se gesta
urdiendo la guerra.


Dicen también que allí
no hay contorno sin nauseas,
y que los escombro
predicen el golpe en las entrañas.


Que el grito emerge siempre
propagando la ceniza
arrastrando los gusanos
por los palacios del cuerpo.


Afirman que los océanos lindantes
imparten la tesis
sobre del dolor de los abrazos
en las ciudades de la escarcha.


          Y que en eso horizontes
          proliferan las cicatrices,


Dicen que diario llueve
y que los talones se quiebran
por el abuso de los pasos.


Mas no me hablaron
de como el sol
nace en la espalda
hechizando las alas.


Me ocultaron,
que la naturaleza del alma
               es negarse al límite
               que supone el nombre.



jueves, 27 de octubre de 2011

CANÍBAL

[Foto: Autor Desconocido]


Hay un recuerdo caníbal
anidando en el murmullo
de las grietas.


Su mueca
perturba mis despojos.


            Me desordena.


En la sien una voz,
tal vez mi voz,
dispara la fatiga.


            Reina la osamenta.


Y los fantasmas transitan
las venas de la llovizna.


Pues es en la sangre
donde se edifica la tormenta,
ese cuento de páramos
que eclosiona entre las costillas.


Se repiten las siluetas,
los soldados del eco.
Avanza un bullicio
por las vértebras.


Entonces una a una las dagas
se roban el aire del nombre,
me queda la amnesia.


Es que existe
un suspiro feroz,
una presencia piraña,
salivando
sobre el cadáver de la risa.


Vaticino así la escarcha,
la muerte de los pájaros,
la proliferación de la ceniza.


Y a este niño de barro,
inconforme con los contornos
que se le moldearon,
detestando cada latido.


Hay un recuerdo caníbal,
gestándose en mis ciudades.


        Y barcas de papel infinitas
         sonriendo en medio del naufragio.



Distinguido como "Recomendado"
en mundopoesia.com el 05-12-2011



martes, 6 de septiembre de 2011

POLSTERGEIST


[Foto: Autor Desconocido]


Hoy no sé de sobrevivientes,
pero si del viento
mutilando mi espalda.


Hoy no sé del sol,
mas conozco las sombras
que devoran mi nombre.


Reconozco la melancolía,
y como muere sobre los huesos,
como duele en los huesos.


            Reconozco los estragos del eco.


Contemplo a la luz
perdiendo sus pájaros,
y a las ramas de la sangre
desplegándose en el abismo.


En esta que es la época
en la que te revelas hueco,
tan desbordante de noche.


Época de ratas,
de jaurías desolando
la voz y sus cimientos.


           Hoy no sé de mí,
           ni del abrigo.


Sé de la morada
donde la piel deviene extinta
y aúllan las navajas
con la elocuencia
de un muerto.


lunes, 8 de agosto de 2011

INCOMPLETO

[Foto: Autor Desconocido]


Brota de la oscuridad,
cual río desatado,
la conciencia.


Pero me resisto a nadar
en sus aguas
atestadas de pirañas
            y de colores que duelen
            y que desconozco.


Mas la luz,
esa entrometida luz,
fastidia con dardos
la somnolencia,
famélica guarda vidas
en mi noche de cuervos
y estratagemas vanas
en el país de los lagrimales.


Las muecas, entonces,
devienen bélicas
e intento asirme
a los gusanos lumínicos
detrás de los escudos,
ya hendidos,
de mis ojos.


Me rehúso al sufrimiento,
a la pasividad del voyeur
en medio de la orgía.


        Estando, como estoy,
        tan ausente de pigmentos.

Por ello,
me coso la manos
de las pestañas
y la dispongo
cual exoesqueleto
a la defensiva del entorno,
una cota de malla
contra los sabores del mundo,
tan impregnado
de su recuerdo.


Me atrinchero en mi mismo,
en la llovizna del letargo,
en la negrura del sueño sin sueño,

        Me niego a despertar sin ella
        y descubrirme incompleto.



viernes, 15 de julio de 2011

N/N

[Foto: Autor Desconocido]


No queda sino la hojarasca
de todos aquellos nombres
que supe vestir,
               el siseo irritante
               de la mosca en la telaraña.


Y sé que a estas alturas
debería de erigirme
ya seguro de mi voz,
entre los vestigios de las máscaras.
Pero aún devengo hipócrita
ante temeroso de mis monstruos.


Tal vez nunca fui de mi propiedad,
y es por ello que debería
permanecer agazapado,
casi dormido,
en el cubil del erizo
hibernando las dolencias
y las astillas.


Nunca fui de los que creen
en los finales felices
por ello seduje a la soledad,
para hallarme,
           dar conmigo,
mas no reconocí ni los pasos dados
a la intemperie del ego.


Caí en mi propio olvido.
En la ignorancia completa
de quién soy y de lo que creo.


Continuaré en el desfile,
tan estéril de identidad,
aguardando la oportunidad
               para esquilarme, 
               de raíz,
               el anonimato.



miércoles, 13 de julio de 2011

EXPIACIÓN

[Foto: Autor Desconocido]


Al menos por un instante
renunciaré a bautizar las cenizas,
a marchar con guijarros
dentro de los zapatos
y a erigir ciudades
donde sólo germinan escombros.


Porque incluso las gaviotas
emprenden un último viaje,
antes de aceptar
la salinidad de la noche,
es que pretendo
darle batalla a la neblina.


Y mientras dure ese instante
no cederé terreno
a la asfixia de la palabra,
ni daré por perdida la carrera
antes de tiempo,
antes del verdadero final
de mis finales.


No busco pues sobrevivir
a los barbitúricos de la nada,
sólo resistir el sudor del canto
en el pecho de las oquedades
lo suficiente
como para descubrir un latido.


lunes, 27 de junio de 2011

DESDE LOS BARROTES

[Foto: Chema Madoz]


Hostiguen mi cuerpo
hasta el delirio de salmuera
en donde los párpados,
conserjes de las intuiciones,
se prestan al juego
de las pestañas y sus juramentos
a los anhelos de los pulgares.


En tanto se cancelan
las treguas todas
en las coordenadas de la voz
y deviene la batalla
a mitad de las mejillas.


Porque aún aguardo
el quiebre de lo que me he vuelto
entre los barrotes de la dermis,
en el hueco de las palabras
que murmuran identidades.


Muélan mis las alas y trino
que lloveré sabiendo
que el oxígeno pesa
cual niebla y estacas
en medio de las costillas.


Anúlenme el juicio
que a estas alturas
sólo puedo caer en picada.


Descubrirme libre de verdugos,
de grilletes,
y a su vez tan reacio
                   a hablarme,
                   a escucharme.


Siempre supe
que la asfixia sobreviene
al abrazarse uno mismo.



sábado, 26 de marzo de 2011

LA INTROSPECCIÓN DE LA ROSA: LATIDO INCONCLUSO

Armonía - E R I Z O

[Foto: Autor Desconocido]


Abrazo las pupilas de esta noche
que agolpa sus entrañas
en la febril caricia
de un latido inconcluso;
cierro las pestañas
para recordar
la fragancia de la rosa
la aspereza de su cáliz.


Pienso...
y las estrellas titilan gotas de nácar.


Es entonces
cuando las espinas
desfilan hacia dentro,
y se aferran a las pieles salinas
de la nostalgia;
al erial de contornos
y memorias
tan renuentes de olvido.


Pienso...
mas el tiempo no me alcanza.


Mis manos,
estas manos
que intentan alcanzar
la aridez de un sentimiento
en las ateridas puertas
de una mustia sonrisa,
me recuerdan la piedra del molino
en el que ya no hay vida.


Pienso...
y el silencio acobarda la razón.


Aquí adentro,
donde se columpia la llovizna,
no hay refugios ciertos
y aún así, camino
en la desnudez
siempre hacia mi anverso,
a la nación del ego,
al origen de mis palabras.


Pienso...


Pienso...
y el número de pasos
se me hace infinito.



lunes, 14 de marzo de 2011

LA PETITE MORT


Foto: Autor Desconocido


Hermafroditas mis dedos
requisan tu piel, esa tu piel
de arándanos y gemidos,
oteando, desde las colinas
de tus pechos de escarcha,
narcisos creciendo
allá, donde debiera
estar tu ombligo.


    El hambre aumenta.
             La sed desborda.
                   Las ansias ganan.


El alud ya no se reprime
y sus exhalaciones muestran
la voracidad del tacto
masticando los oídos,
en tanto entinto tu cuello
              y lo delimito
              y lo adoso
              a mi feudo de nubes.


Serás mía hasta el alba.
en mi cenit,
cuando mengüe,
e incluso luego.


Los corazones crepitan.
La sangre ya no basta
para apaciguar los anhelos
de cielos tintos.


       Debo ir más allá
       del placer de la saliva.


Debo bajar,
         descender,
a la grieta y zambullir
la libido de mi verbo,
el cuerpo de mi palabra,
en tus prerrogativas de sirena.


Y entonces oírte cantar,
ninfa de la carne,
en esa lírica ininteligible
de selvas deforestadas
por el sudor del éxtasis.


Contemplando en tus pupilas
la orgía de estrellas que enmarcan
el borde del mundo pendulante
en mi boca de enredadera.


La misma 
que te alcanza el vértigo
de los puntos suspensivos,
dilatadamente excitados,
hasta tu paraíso de espasmos.


Aguardando se oxide el aire
y te atrape 
para mi disfrute
en ese cierre de ópera,
ese ocaso hedonista,
de guirnaldas sanguíneas
 y asfixia sináptica
al que llaman:
            

              La pequeña muerte.




viernes, 18 de febrero de 2011

INCERTIDUMBRES Y CERTEZAS DE QUIEN RESPIRA


[Foto: Autor Desconocido]

Qué será de mí
sin los harapos del viento
evaporando la lluvia
en la mezquindad de las rendijas,
esas grietas tan íntimas,
tan mías y a su vez,
                        tan suyas.


Sé de remanentes y de astillas
en los recovecos de la erosión,
en los vértices de la arena.


Así como sé
que extrañaré sus filos
cuando el mundo se dilate
en pláticas sombras monótonas .


Entiendo de oquedades,
de pretextos,
y de la exfoliación silente
de los huesos,
de mis endebles huesos.


Pero cómo augurar 
la huelga de corcheas
si las dendritas,
torpes ramas de yoismo,
pierden su afecto
por la sinapsis justa
mucho antes de hora.


Sobrará el oxigeno una vez más.
Me conoceré entonces y dudaré.


Los latidos arrítmicos
alertan del peligro 
de oficiar de equilibrista
en los bordes
de las propias navajas.


Comprenderé finalmente,
que cuando el aire sobre
sólo nos queda
inflar vertiginosamente
los pulmones.


Sabiéndonos en cada exhalación,
eternos sobrevivientes.

miércoles, 9 de febrero de 2011

MARIÁNGELES

[Foto: Autor Desconocido]


El misterio de la picardía
se aferra a tus pecas,
y estas se arremolinan jocosas
en los cielos de tus mejillas.


Reúnes y atesoras
constelaciones de lentejuelas.


Y lo incierto de la bruma
se diluye cuando despabilas,
comprobándola inherentes
a tu forma de libélula. 


No temes al horizonte,
pero te incomoda su contingencia,
y aún así afirmas poder darle mensura
desde tus pestañas de estrellas.


Todo se ilumina,
          se clarifica,
           se simplifica,
             y se vuelve certeza
         en los abrazos
      de tus brazos,
mis melodías de canela.


Amas bailarina tornasolada
rodando en palacios de corcheas
impregnando el aire de colores,
contagiando la sinestesia.


Explosiva,
          impulsiva.
Todo te es nuevo
y a la vez tan obvio.
Para todo encuentras respuesta.


Incluso para la oscuridad
de los astros viejos,
a los que das nuevo lustre
en la crisálida de tu sonrisa.


Arrullando el universo
en los pliegues de tu iris,
me invitas a ovillarme y guarecerme 
del diluvio adulto
jugando, tal como tu lo haces,
a ser brillante luciérnaga.


Mi amado gérmen de cometa.


(Para mi hermana, mi pequeño lucero)



martes, 8 de febrero de 2011

TRANSMUTACÍÓN


[Foto: Autor Desconocido]


Se ha vuelto cotidiano
verme desperdiciar el sueño
esquilando ovejas inquietas
para luego columpiarlas 
lejos del aturdimiento.


Me aferro, obsesivo,
a lo que no me sirve.


No renuncio a ser
un rumiante de espinas.



Es que el aire
que articula mis memorias,
se tornó el opio indispensable
de las aves atragantadas
en mi pecho.


Creo, compulsivo,
todo lo que prometes.


Mas dirijo a paso firme
la milicia del insomnio.


Veo masturbarse
a la locura del caleidoscopio
entre los túmulos de mis temores,
esa porosidad inconsciente
renuente al contacto.


Acompáñame.
¡Déjame solo!


Porto obligado
la escafandra de la duda.



Mas de algo estoy seguro
el aura que exhalas
avanza desde mis flancos.
Me invade,
        me satura,
           me limita
             y reconstruye.


En eso que tu anhelabas,
un verdugo de ovejas,
un niño enamorado,
un ente sin párpados.


            Un "algo" borroso.
       Un "yo" diluido.


Ya no tengo claro lo que soy,
a no ser por los lindes
que tu has delineado.


Te llevas enteramente
lo inherente en mi.


                 Y dejo de ser yo
                 para volverme,
                 esto otro.



martes, 1 de febrero de 2011

BESOS MINIMALISTAS

[Foto: Autor Desconocido]

Aún sostengo,
entre los murmullos de mi mano,
aquella última metáfora
sobre el aire que no me sobra
y la oscuridad asmática
que se extiende
por sobre tus bordes.


Pero no me basta.
El horizonte y sus prorrogas
nunca me han bastado.


Cuánto he aguardado
el momento propicio,
ese instante oportuno,
en el que derrumbar las nubes.
Y sin embargo,
el destino me fue
siempre esquivo.


Duele saberte
con los pensamientos dislocados
en la anamnesis
del sol y su sonrisa
y no en mí,
              nunca más en mí,
que soy llovizna y granizo.


Cuanto odio mi porosidad,
mi sutil fragilidad
y por sobretodo a ti.


La ambivalencia deambula
entre mis paradigmas,
y también te amo,
también te arrullo,
te protejo,
y de vez en vez,
te desmiembro
te sacudo
y te desarmo.


Torpe intento el del viento
por entender la perspectiva del océano
remontándose en sus olas.


Y los escollos
se interponen siempre.


            Y "siempre" no basta.


Ninguna meretriz limitación
me ha bastado nunca.
La infinidad del universo no basta,
para convencerme
a mí y mis escombros
de que estos brazos
no fueron concebidos
para abrazarte.


La sola idea de estrecharte
me regocija y completa.


         Mis nirvanas han sido,
         en todo momento,
         besos minimalistas.



lunes, 24 de enero de 2011

PARA LA ROSA DE LOS VIENTOS


[Foto: Autor Desconocido]


He de esculpir nubes entonces
entre las costillas ansiosas de marzo
capitalizando mi entusiasmo,
a sabiendas de la deuda,
que contigo,
contraeré el próximo otoño.


El viento nunca le fue fiel
a los puntos cardinales
y eso, la rosa, siempre lo ha sabido.


He de argumentar
que en la maraña de suspiros
las encrucijadas que propones
recaen,
una y otra vez,
en lo obvio.


El viento escapa invisible
a los reproches de la rueca
y la rosa, por ello, sólo calla.


He de inventar serenatas
que hablen de mares turquesas
para que notes
como incluso en la errata
el sol besa la arena
buscando la luna.


El viento nunca le fue fiel
a los puntos cardinales.


           Tan volátil.
           Tan tonto.


                   Tan yo.


Sin embargo
no es menos cierto
que es a la rosa,
y no a aquellas piernas,
a quien aman sus alas.



Distinguido como "Recomendado"
en mundopoesia.com el 13-02-2011.



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