[Foto: Autor Desconocido]
No queda sino la hojarasca
de todos aquellos nombres
que supe vestir,
el siseo irritante
de la mosca en la telaraña.
Y sé que a estas alturas
debería de erigirme
ya seguro de mi voz,
entre los vestigios de las máscaras.
Pero aún devengo hipócrita
ante temeroso de mis monstruos.
Tal vez nunca fui de mi propiedad,
y es por ello que debería
permanecer agazapado,
casi dormido,
en el cubil del erizo
hibernando las dolencias
y las astillas.
Nunca fui de los que creen
hibernando las dolencias
y las astillas.
Nunca fui de los que creen
en los finales felices
por ello seduje a la soledad,
para hallarme,
dar conmigo,
mas no reconocí ni los pasos dados
a la intemperie del ego.
Caí en mi propio olvido.
En la ignorancia completa
de quién soy y de lo que creo.
Continuaré en el desfile,
por ello seduje a la soledad,
para hallarme,
dar conmigo,
mas no reconocí ni los pasos dados
a la intemperie del ego.
Caí en mi propio olvido.
En la ignorancia completa
de quién soy y de lo que creo.
Continuaré en el desfile,
tan estéril de identidad,
aguardando la oportunidad
para esquilarme,
aguardando la oportunidad
para esquilarme,
de raíz,
el anonimato.
el anonimato.