[Foto: Autor Desconocido]
Cuentan que llueve
en la frontera de la infancia,
donde el vértigo se gesta
urdiendo la guerra.
Dicen también que allí
no hay contorno sin nauseas,
y que los escombro
predicen el golpe en las entrañas.
Que el grito emerge siempre
propagando la ceniza
arrastrando los gusanos
por los palacios del cuerpo.
Afirman que los océanos lindantes
imparten la tesis
sobre del dolor de los abrazos
en las ciudades de la escarcha.
Y que en eso horizontes
proliferan las cicatrices,
Dicen que diario llueve
y que los talones se quiebran
por el abuso de los pasos.
Mas no me hablaron
de como el sol
nace en la espalda
hechizando las alas.
Me ocultaron,
que la naturaleza del alma
es negarse al límite
que supone el nombre.
Mas no me hablaron
de como el sol
nace en la espalda
hechizando las alas.
Me ocultaron,
que la naturaleza del alma
es negarse al límite
que supone el nombre.
Estaba esperando ese final, erizo.
ResponderEliminarAsí es esa frontera, sin duda. Pero después de ella siempre hay más de lo que nos cuentan.
Sólo hay que atreverse a cruzar la vorágine... y vivirla.
ResponderEliminarGracias Susi, por andar por este planeta.