[Foto: Autor Desconocido]
del color
para cubrirme el óxido
acumulado
en cada morada.
Me queda,
la piedad de la penumbra
para olvidar
el rostro del sol
con el que me calcino.
Y aún así,
no sé si acontecerá
la sonrisa.
Me encuentro cautivo
en el nido de la incertidumbre
y soy el alimento
de lo nefasto,
esas sombras chinescas
de guerra y destrozos.
Pretendo habitar una alegría
que sobrepase
la reminiscencia de la jaula,
la sequia de los labios,
el insulto de la espalda.
Una alegría
que extermine el fango
y se consolide perpetua.
Pero, por desgracia,
la tristeza
siempre ha sido una experta
en el oficio
de invocar sicarios.
la sonrisa.
Me encuentro cautivo
en el nido de la incertidumbre
y soy el alimento
de lo nefasto,
esas sombras chinescas
de guerra y destrozos.
Pretendo habitar una alegría
que sobrepase
la reminiscencia de la jaula,
la sequia de los labios,
el insulto de la espalda.
Una alegría
que extermine el fango
y se consolide perpetua.
Pero, por desgracia,
la tristeza
siempre ha sido una experta
en el oficio
de invocar sicarios.
Elegido para
formar parte de la antología poética
"Detrás de la palabra"
de la selección de cuentos y poesía
de la Editorial Dunken 2012
compilado po César Melis
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